El miedo es uno de los problemas de comportamiento más largo de «curar».
Los perros son sociables por naturaleza, curiosos, exploradores y su modo de viva es vivir en grupo, lo que sería su manada.
Todo perro nace equilibrado y sin problemas de comportamiento.
Ahora bien pueden darse factores y situaciones en su vida en el que por causas externas haya un ,sufrimiento físico o mental y a la larga el pánico y miedo sean constantes en su vida.
Los perros pueden tener miedo a :
- Personas.
- Ruidos.
- Otros perros.
- Lluvia y los truenos.
- De objetos.
- En casos extremos hasta de su propia sombra…
Ayudar a un perro con miedo requiere de mucho tacto, paciencia y comprensión.
Los perros, por si solos no son capaces de calmarse ante situaciones que les provoquen pánico y menos cuando no tiene la ayuda de una mandada que le transmita seguridad y confianza.
Pero como esos son pocos los casos, esa responsabilidad cae a manos del propietario.
Lo más importante es ante todo no humanizar al perro, hay que trabajar sus miedos poco a poco y progresivamente y al mismo tiempo tenemos que ayudarle a subir su autoestima.
Un perro que ya de por si es inseguro tiene muchos números de caer en situaciones de pánico si no sabemos como tratarlo.
El miedo puede causar diferente tipos de reacciones, por un lado seguro que ya has visto más de una vez a un perro temblar como un flan, o algunos se les encresta la parte de arriba del lomo ( inseguridad) con los pelos un poco en punta y al mismo tiempo hay perros que al sentirse acorraladas y en un estado de pánico saltan a morder para defenderse.
Como adiestrar un perro con miedo:
Calmar a un perro con miedo no pasa por caricias y mimos, si no más bien debemos encontrar otro tipo de «distracciones» o ejercicios que lo ayuden a desconectar y salir de ese estado para poder seguir avanzando.
El ejercicio físico es una buen ayuda, trabajar el olfato del perro también, así como ponerlo en situaciones en los que solo debe concentrarse en eso y nada más, como por ejemplo nadar…
Cada caso es un mundo y cada situación es única.
Quien lleva la correa debe mostrar una energía tranquila y confiada, debe transmitir toda la calma y seguridad posible al animal mediante la correa y su energía y no mediante la palabra.
Cuando un perro está mirando para todos lados como si le fuera a caer un rayo encima, por mucho que le hables su mente está en otro estado completamente desconectado de ti. No obligues al animal a tener que prestarte atención si por si solo no lo consigue.
Hay que trabajar por etapas y ser muy consciente de que cada paso es un éxito, por pequeño que sea.
Aunque no sea agradable ver a un perro temblar y asustado por el simple echo de que llueva o pase una moto a su lado hay que armarse de valor, no caer en «que pena me da» ya que nunca podrás ayudar a un perro con pánico si sientes pena por él.
Ayudar a un perro con miedo es todo un reto, por eso siempre es recomendable llamar a un profesional del comportamiento canino si no sabes como hacer para ayudar a tu perro a avanzar y salir de ese estado mental.